Percepción de padres y profesores sobre los efectos de la dieta en el desarrollo mental de los niños

  1. López Robles, Juan Carlos
Dirigida por:
  1. Cristina Campoy Folgoso Director/a
  2. Bernadette O'Regan Director/a
  3. Elena Martín Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 05 de julio de 2017

Tribunal:
  1. Carmen López Palomo Presidente/a
  2. Eva María Aguaded Ramírez Secretario/a
  3. María Rosaura Leis Trabazo Vocal
  4. Sylvain Sebert Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El objetivo del presente trabajo es examinar cualitativa y cuantitativamente las percepciones y creencias actuales de los consumidores sobre la relación entre lo que comen los niños y su desarrollo mental. La investigación se dividió en tres estudios realizados en cuatro países europeos y financiados en el marco del proyecto NUTRIMENTHE, cuyo objetivo es profundizar en la comprensión y conocimiento del efecto de la nutrición sobre el desarrollo mental y el rendimiento en los niños. Comprender la relación entre la nutrición y el rendimiento mental en los niños es importante para los logros y la productividad de éstos, tanto en la escuela como a lo largo de la vida. Dado que los consumidores son vistos como guardianes nutricionales siendo responsables de las dietas de sus hijos, sus opiniones y creencias son de crucial importancia. En este estudio, los padres y los maestros de niños de educación primaria perciben que la dieta es un factor menos importante del desarrollo mental en contraposición a nivel físico. Además, la dieta se considera una influencia menos importante en el rendimiento mental que otros factores como el sueño y la calidad de la enseñanza. En nuestros estudios en cuatro países europeos esto es cierto para una mayor proporción de padres que de maestros. Los padres dependen en gran medida de su propia experiencia al elegir la comida para sus hijos y establecen los alimentos saludables como lo más determinante. También surgieron algunas diferencias entre países, especialmente si nos fijamos en los padres, aunque éstas deben ser interpretadas con precaución por el tamaño muestral, por lo que las pequeñas diferencias se vuelven estadísticamente significativas. Estos hallazgos tienen implicaciones en las políticas de salud pública. Promover la importancia de la dieta para el rendimiento mental es crucial para atender a los consumidores que son menos conscientes de la salud. Pero, para reducir el nivel de incertidumbre en éste ámbito, es necesario ampliar profundamente la base de evidencias científicas antes de desarrollar mensajes e intervenciones concretas. Además, es necesario saber cómo padres y profesores relacionan el consumo de los alimentos con el rendimiento mental, antes de tomar decisiones sobre el desarrollo de las interacciones y la estrategia en cuanto a los mensajes para que éstos sean eficaces. Esta tesis doctoral representa una serie de hallazgos significativos de uno de los primeros estudios multicéntricos sobre la percepción de padres y profesores acerca de cómo la nutrición puede influir en el rendimiento mental de los niños. Con este trabajo hemos abordado una serie de lagunas en investigación sobre el conocimiento de los consumidores acerca del papel de la nutrición en el desarrollo de los niños y las consecuencias sanitarias asociadas. Los resultados ponen de relieve la importancia de comprender las opiniones entre los diferentes grupos de padres y otros grupos de la población, como los profesores, para dirigir adecuadamente los mensajes de salud pública. La percepción de las personas sobre el desarrollo físico o mental de los niños tiende a centrarse en factores genéticos y biológicos, pero también es necesario pensar en factores que influyen en el crecimiento humano general, como el medio ambiente y el contexto social. El primer resultado significativo que se desprende de nuestros datos es que el interés en una alimentación sana y un mayor nivel educativo está relacionado con la dieta como un factor que influencia en el desarrollo mental de los niños. Los padres deben ser conscientes del papel crítico central que desempeñan en el desarrollo infantil en términos de nutrición, ya que dan forma a los comportamientos de alimentación infantil, que en combinación con factores genéticos y ambientales, ayudan a establecer las preferencias alimentarias de los niños. En este sentido, el estatus socioeconómico (SES) es un factor importante que los investigadores deben tener en cuenta al evaluar la calidad dietética de la infancia, ya que afecta la posición social del individuo y puede ligarse a otros indicadores como los logros educativos, la ocupación o los ingresos futuros. Existen diferencias socioeconómicas en el conocimiento acerca de los alimentos que tienen los padres y estudios sobre los SES reflejan que los padres con mayores ingresos hablan de los alimentos en relación con problemas médicos y de salud. Los padres de zonas socioeconómicas superiores tenían mejores conocimientos nutricionales que los de las zonas de menor nivel socioeconómico. La nutrición y el comportamiento dietético fueron considerados por los padres en nuestro estudio como factores menos importantes para la atención y el aprendizaje en comparación con el sueño, el ejercicio y el entorno escolar. El conocimiento de los padres sobre nutrición es probablemente un reflejo de la importancia que atribuyen a este tema y su consecuente interés por la salud y la nutrición. Estos padres tienden a discutir los efectos de la dieta en términos de salud a largo plazo y los resultados médicos en lugar de la relación entre la dieta y el rendimiento mental. Comparado estos hallazgos y los de otros estudios con consumidores se revela que la comprensión de los padres y maestros sobre la importancia de la dieta en el desarrollo mental de los niños es esencial antes de dar mensajes significativos e intervenciones para fomentar un cambio de dieta, ya que tienen conocimientos básicos sobre alimentos saludables y, de alguna forma, expresaron interés y preocupación por la nutrición como factor de salud. Por un lado, los efectos de la dieta durante la infancia se relacionaron principalmente con el desarrollo físico, con efectos positivos a largo plazo, en lugar de procesos cognitivos como atención o concentración ligada al estado de ánimo y comportamiento. Por otro lado, los efectos negativos fueron percibidos como más inmediatos y a corto plazo, asociados a alimentos y nutrientes específicos. Una posible explicación a esto podría ser que la información sobre las etiquetas de los alimentos y la nutrición es una fuente importante que suele ser ignorada por los consumidores y éstos necesitan más conocimientos sobre los efectos a corto y largo plazo de los alimentos en el desarrollo humano. Otros estudios han encontrado que los padres no son receptivos a intervenciones dirigidas específicamente a cambiar el comportamiento alimenticio, pero están más motivados para participar en actividades sobre comportamientos saludables y creencias positivas de salud dentro de la familia. Esto podría reflejar la necesidad de educar a los padres para que sean conscientes de los efectos de los alimentos sobre el desarrollo mental, a través de la construcción de estrategias de concienciación pública, sobre nutrición, las cualidades sanitarias de los alimentos y sus efectos. Los hallazgos del presente estudio son complementarios con aquellos que reflejan el grado de preocupación que los padres pueden sentir sobre el peso de los niños, ya que a veces puede influir en ellos para tomar medidas como, por ejemplo, al tratar de prevenir la obesidad en un hijo. Identificar los factores que los padres piensan que pueden influir en la salud de los niños es necesario para diseñar intervenciones en el sistema sanitario que involucren a los padres y los motiven a tomar medidas. La comunicación efectiva sobre estos temas de salud, y específicamente sobre la nutrición, requiere que su público objetivo tenga un nivel básico de conocimiento del para evitar malinterpretaciones. Con respecto a la elección de los alimentos que hacen los padres para sus hijos, con este estudio hemos encontrado que las decisiones de los participantes sobre este tema estaban menos influenciadas por los medios de comunicación que por los profesionales de la salud. Estos resultados contrastan con estudios recientes sobre la influencia de la publicidad en los antojos de los niños y las opciones alimentarias de los padres (18,19) que subrayan la influencia de muchos otros factores, incluyendo los medios, afectando en su relación con el consumo de alimentos y las peticiones de sus hijos. En nuestro estudio, los padres informaron que confiaban principalmente en su propia experiencia y sentido común, por lo que es necesario identificar nuevos métodos innovadores para transmitir mensajes sobre este tema. La influencia de los padres en las elecciones de alimentos y la ingesta que hacen los niños tienen un efecto sobre las prácticas individuales y familiares, y operan entre otros mecanismos a través de la disponibilidad y accesibilidad a los alimentos o del comportamiento de los padres como modelo de alimentación. Los padres deben ofrecer una variedad de alimentos saludables o servir como modelos de una alimentación saludable y estilos de vida activos. Los resultados del trabajo cualitativo revelan que los maestros no se referían directamente al papel de la nutrición en el desarrollo del cerebro, sino que asociaban la dieta con el rendimiento escolar y el comportamiento. Esto se puede vincular a los resultados vistos en el mismo proyecto con respecto a la visión de los padres, donde éstos hablaron en términos de atención y concentración cuando se les preguntó acerca de los efectos de la dieta. Los maestros en nuestro estudio percibieron que una ingesta diaria inadecuada de nutrientes tiene un efecto adverso en el aprendizaje, destacando que es una de las principales razones para que los niños se distraigan y pierdan la concentración. En otros estudios, el personal de la escuela ha participado como ayudantes, asistiendo a médicos y psicólogos en las mediciones e informando sobre algunos datos, pero a menudo están en una posición pasiva y no tienen un papel activo en la investigación. En muchas de las entrevistas se hizo evidente que la opinión de los maestros estaba influenciada por sus observaciones y experiencias como padres, más que por su formación o experiencia profesional. Al educar a los niños sobre la alimentación saludable, los maestros se esfuerzan en promover un equilibrio nutricional óptimo, lo que garantiza que los niños puedan desarrollarse bien, tanto a nivel físico como intelectual. De los muchos factores que pueden influir en los comportamientos alimentarios, la falta de conocimiento nutricional es uno de los más susceptibles de cambio. Comparando entre los cuatro países participantes, en el cuestionario se revelaron diferencias significativas en algunas características de las opiniones de los encuestados, especialmente entre los padres. Se perciben muchos factores que influyen en las opciones de alimentos saludables o no saludables. A partir de nuestros resultados, la razón de esto no está clara, pero puede tener algo que ver con los factores socioculturales: por ejemplo, en Alemania la variedad de alimentos era de menor significación para los padres, pero éste era el factor más importante en la elección de alimentos según los padres en España. También se demostró que, en contraste con los resultados de Inglaterra o Alemania, los padres en Hungría, por lo general, priorizan aquellos elementos que influyen en el rendimiento mental. Comparando estos resultados con los del estudio de clasificación por cartas del mismo proyecto se revela que los padres en Hungría atribuyeron mayor importancia a la dieta en el desarrollo físico y mental de sus hijos que los encuestados en los otros países. Este resultado contradictorio dentro del mismo Proyecto puede deberse al tipo de metodología aplicada para cada intervención, haciendo hincapié en la necesidad de sensibilizar a los consumidores sobre los efectos positivos de la promoción de un estilo de vida saludable.