Efectividad de la toxina botulínica tipo a en el tratamiento de bruxismo en pacientes con discapacidad psicofísica y trastornos cognitivos

  1. Martínez Ramírez, María Mercedes
Dirixida por:
  1. A. Castaño Seiquer Director
  2. Javier Montero Martín Director
  3. José Antonio Coello-Suanzes Director

Universidade de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 02 de xuño de 2017

Tribunal:
  1. Manuel Bravo Pérez Presidente
  2. Ángel Rollón Mayordomo Secretario/a
  3. José Manuel Almerich Silla Vogal
  4. Eva Rosel Gallardo Vogal
  5. Pedro Infante Cossío Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 451560 DIALNET lock_openIdus editor

Resumo

Introduccion: El bruxismo es un importante problema de salud pública debido fundamentalmente a su alta prevalencia y a su frecuente asociación de complicaciones por su capacidad destructiva, siendo además un problema que puede afectar la calidad de vida de los pacientes. Su prevalencia es aún mayor en grupos de población con determinadas patologías, entre las que podríamos incluir la parálisis cerebral, los trastornos del espectro autista y determinadas enfermedades raras. Existen evidencias tipo Ib de la eficacia de la BTX-A para el tratamiento del bruxismo en la población general, sin embargo la indicación del tratamiento para el mismo no se encuentran reconocida como tal. Existe un grupo de población afecto de discapacidades psicofísicas que además de presentar una mayor prevalencia de bruxismo que la población general, presentan, debido a sus alteraciones cognitivas, grandes dificultades para el tratamiento del bruxismo mediante tratamientos convencionales debido a su falta de colaboración y dificultades de comunicación. Además, son muy escasas las publicaciones sobre la utilización de la BTX-A en el tratamiento de bruxismo en estos grupos de población con necesidades especiales. Objetivo general: Conocer la efectividad de la BTX-A en el tratamiento del bruxismo, en pacientes con discapacidades psicofísicas que se acompañan de alteraciones cognitivas y del comportamiento, que impiden la aplicación de otras alternativas terapéuticas. Material y método: Estudio prospectivo mediante una serie de 21 casos de pacientes con discapacidad y alteraciones cognitivas, con seguimiento desde febrero de 2012 hasta noviembre de 2016, desarrollado por la unidad odontológica de la Unidad de Cirugía oral y maxilofacial del Hospital Universitario V. Macarena, Sevilla. Para el diagnóstico se han utilizado los criterios del consenso internacional de Lobbezoo et al. mediante entrevista a los cuidadores y exploración clínica al paciente.Se infiltraron 40 U Allergan por músculo masetero distribuidos en cuatro puntos y 10 U Allergan por músculo temporal distribuidos en dos puntos, realizándose controles de eficacia a las 2, 4, 12 y 24 semanas. Aprobado por el Comité Coordinador de Ética de la Investigación Biomédica de Andalucía Resultados: edad media de 18,24 años (SD: 11,48). De todos los pacientes, 8 (38,1%) eran mujeres y 13 (61,9%) hombres. La distribución de la serie ha sido de 13 (61,9%) casos de parálisis cerebral, un caso (4,7%) de autismo (asociado a síndrome de Down), un caso (4,7%) de síndrome de Down, un caso (4,7%) de síndrome de Lesch-Nyhan, un caso (4,7%) de síndrome de Rett, un caso (4,7%) de microcefalia y 2 casos (9,5%) de síndrome de West (uno de ellos asociado a un síndrome de PEHO). Se administraron un total de 59 dosis de BTX-A, con una mediana (P25 . P75) de dosis de BTX-A administradas de 2,0 (1,0-4,0). Del total de la serie de pacientes, 7 (33,3%) recibieron una única dosis y 1 (4,8%) 7 dosis. Respecto a la mejoría o no del bruxismo percibido por los cuidadores tras la administración de la primera dosis de BTX-A, esta se produjo en 17 (81.0%) de los casos, y en el 100% tras la segunda dosis. La ausencia total de síntomas de bruxismo percibida por los cuidadores tras la administración de BTX-A, esta se produjo en 13 (61,9%) de los casos, no observándose en 8 (38,1%). La mejoría clínica en días fue percibida por los cuidadores a una mediana (P25 . P75) de 7,0 días (4-9,25) tras la administración de la primera dosis de BTX-A, y su efecto máximo (ausencia de síntomas) fue percibido por los cuidadores con una mediana (P25 . P75) de 20 (15-20) días tras la administración de la BTX-A. Respecto a el periodo de tiempo sin bruxismo tras la primera dosis, percibido por los cuidadores, obtuvimos una mediana (P25 . P75) de 16 semanas (12 . 22,5) ( media de 16,67; SD: 5,08) con un mínimo de 9 y un máximo de 54 semanas. En relación a la segunda dosis, los datos fueron de una mediana (P25 . P75) de 20 semanas (16-24) (media 20.09; SD: 4,76), y para la tercera de una mediana (P25 . P75) de 24 semanas (21-34) (media de 26,11; SD: 7,04). Además el (42,9%) refirió una mejoría en la apertura oral así como en la facilidad de manejo para el cepillado dental del paciente. No hubo ningún afecto adverso por la administración de BTX-A Conclusiones: El uso de BTX-A para el tratamiento del bruxismo es un tratamiento eficaz y seguro en población con discapacidad y alteraciones cognitivas que no permiten otros tratamientos convencionales. Además mejora la apertura oral y manejo para el cepillado dental del paciente.