Nacimiento bajo el agua. Estudio retrospectivo en hospital de baja intervención
- María Reyes Pérez Fernández Directora
Universidad de defensa: Universidade de Vigo
Fecha de defensa: 18 de diciembre de 2020
- María Jesús Movilla Fernández Presidenta
- María Mercedes González Peteiro Secretaria
- Angel Alfredo Martínez Ques Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En los embarazos de bajo riesgo, la inmersión en agua caliente durante la dilatación se considera una opción segura como método de alivio de dolor, apoyada por abundantes estudios de buena calidad. En cambio, el nacimiento en agua cuenta con menos evidencia científica, y se discute su seguridad, estando esta opción de atención incluso prohibida en algunos hospitales. En este trabajo hemos estudiado el impacto que puede tener el parto en agua en la salud de la madre y del recién nacido (RN), y en concreto si la prevalencia del ingreso del neonato en la Unidad de Cuidados intensivos (UCI) se relaciona con el tipo de parto (convencional/ en agua). Para ello se comparó la tasa de traslado a UCI, así como de una serie de indicadores de seguridad perinatal internacionalmente reconocidos, en tres cohortes: mujeres que parieron en agua, mujeres que sólo usaron la inmersión durante la dilatación, y mujeres que no la usaron en ningún momento de su parto. Se diseñó un estudio observacional retrospectivo de cohortes que se desarrolló en el hospital do Salnés (Vilagarcía de Arousa, Pontevedra), hospital comarcal con una población de 17 000 mujeres en edad fértil y aproximadamente 600 partos/año, en el que se atienden embarazadas de bajo riesgo y que en 2008 fue seleccionado para desarrollar las recomendaciones de la Estrategia de Atención al Parto Normal (EAPN), incluyendo la oferta de métodos de alivio de dolor no farmacológicos como la inmersión en agua caliente. Se incluyeron todos los nacimientos ocurridos en el periodo 2009-2018. Teniendo en cuenta los criterios de inclusión, se recogieron de manera aleatoria 406 binomios madre-bebé en cada cohorte, y tras retirar los casos perdidos se obtuvo una muestra final de 1191 nacimientos. De ellos, 404 estuvieron incluidos en el grupo control (partos convencionales); 397 en el grupo de inmersión durante dilatación, y 390 en el grupo de partos en agua. Los resultados muestran que no hubo diferencias entre las tres cohortes en la necesidad de traslado del neonato a la UCI, el resultado principal de este trabajo (p=0,735), siendo la tasa global de traslados muy baja (n=5; 0,4%). Tras realizar regresión logística para eliminar posibles factores de confusión, observamos que en la cohorte de parto en agua hubo mayor posibilidad de no necesitar sedación con opiáceos (OR: 0,2; IC: 0,1-0,9) u oxitocina artificial intraparto (OR: 0,2; IC: 0,1-0,6), que la mujer no presentase problemas durante su ingreso en la planta de maternidad tras el parto (OR: 0,4; IC: 0,2-0,8), o que el neonato tampoco tuviese problemas (OR: 0,2; IC: 0,1-0,4). En la cohorte de dilatación con inmersión, hubo menos posibilidad de distrés respiratorio neonatal (OR: 0,4; IC: 0,2-0,8), o de la reanimación del RN tras el parto (OR: 0,4; IC: 0,2-0,7) en comparación con las otras dos cohortes; y hubo menos posibilidad de necesitar analgesia epidural que en los partos convencionales (OR: 0,4; IC: 0,2-0,5); por otra parte, la dilatación con inmersión aumentó el riesgo de necesitar sedación con opiáceos intramusculares (OR: 3,2; IC: 1,6-6,3), aumentó también la posibilidad de hemorragia postparto (HPP) (OR: 2; IC: 1,3-3,2), y el riesgo de no recibir lactancia materna al alta (OR:0,5; IC:0,3-0,9). En el grupo de parto convencional, las mujeres tuvieron más riesgo de episiotomía (OR: 3,1; IC: 1,7-5,3), y de no amamantar al alta (OR: 0,4; IC: 0,2-0,7) que en las otras dos cohortes. Finalizado el trabajo se ha podido concluir que los partos en agua no están asociados a un aumento significativo de resultados adversos para la madre ni para el RN. La tasa de traslado del neonato a UCI (resultado principal de este estudio) en el grupo de parto en agua, no presentó diferencias significativas con respecto a los partos convencionales, y ningún neonato de la cohorte de dilatación necesitó ser trasladado a la UCI.