Comportamientos sedentarios y consumo de alimentos y bebidas en niños europeos en edad preescolar
- MIGUEL BERGES, MARÍA LUISA
- Luis A. Moreno Aznar Director
- Theodora Mouratidou Co-director
Universidade de defensa: Universidad de Zaragoza
Fecha de defensa: 17 de decembro de 2019
- María Rosaura Leis Trabazo Presidenta
- María Gloria Bueno Lozano Secretario/a
- Silvia Bel Serrat Vogal
Tipo: Tese
Resumo
La edad preescolar es un período importante para adoptar comportamientos de estilo de vida saludable, incluidos los hábitos de alimentación y la actividad física. Se sabe que el rebote temprano de la adiposidad está fuertemente asociado con el aumento del índice de masa corporal y la obesidad en la adolescencia. Los niños que tienen sobrepeso a la edad de 5 años son de 4 a 5 veces más propensos a tener obesidad en la adolescencia en comparación con los otros niños y que la mayoría de los adolescentes que tienen obesidad la tendrán en la edad adulta. Puesto que más del 95% de los niños en edad preescolar en Europa asisten a algún tipo de educación fuera del hogar (por ejemplo, jardín de infancia) éstos son ideales para implementar intervenciones dirigidas a mejorar la salud de los mismos. Numerosos estudios científicos evidencian que la inactividad física y el sedentarismo se han convertido en una epidemia de grandes dimensiones en la sociedad española, con un gran impacto negativo en la salud de la población. Independientemente de la actividad física realizada, el comportamiento sedentario (como el uso de pantallas) implica por sí mismo un factor de riesgo para ciertas enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y obesidad. Existe una relación directa entre el número de horas que los niños pasan delante de pantallas y una mayor prevalencia de obesidad. Obesidad, que en niños y adolescentes españoles ha ido en aumento en las últimas décadas hasta estabilizarse en los últimos años en valores de 26% de niños y el 24% de las niñas con sobrepeso u obesidad. Entre los factores asociados a la obesidad están la ingesta de bebidas azucaradas y las dietas altamente energéticas y deficientes en frutas y verduras, el escaso número de horas de sueño y el excesivo sedentarismo. El tiempo total de pantalla se define como la visualización o uso de cualquier aparato con pantalla, incluyendo TV, DVD, video juegos, tablet, smartphone y ordenadores. Según las guías australianas y basándose en la Academia Americana de Pediatría, los niños menores de dos años no deberían pasar tiempo frente a una pantalla y para los niños de 2 a 5 años, el tiempo máximo frente a cualquier pantalla se ha establecido en una hora. Estas recomendaciones se basan en seguir diferentes pautas establecidas por la Academia Americana de Pediatría: (1) limitar el tiempo total de pantallas; (2) retirar los televisores de las habitaciones de los niños; (3) animar a que los niños menores de 6 años sean partícipes de actividades que promuevan el desarrollo del cerebro adecuadamente como hablar, jugar, cantar y leer; (4) controlar los programas que los niños ven y siempre que se pueda verlos junto con los niños. Existen pocos estudios que examinen la relación que existe entre el uso de diferentes tipos de pantalla y el consumo de alimentos en niños en edad preescolar. Sin embargo, esta relación ha sido ampliamente estudiada en niños en edad escolar y adolescentes observándose un mayor consumo de bebidas azucaradas y un menor consumo de frutas y verduras en aquellos niños y adolescentes que pasaban más tiempo frente a pantallas. Por ello, los objetivos generales de la presente tesis fueron estudiar la asociación entre los comportamientos sedentarios y el consumo de alimentos y bebidas en niños europeos en edad preescolar. Así como explorar cómo influye la educación de los padres en el estilo de vida de los niños además de la influencia de las percepciones, el conocimiento y las reglas de los padres sobre el tiempo de pantalla dedicado por lo niños. Los datos utilizados fueron obtenidos en el estudio ToyBox, un estudio prospectivo y multicéntrico cuyo objetivo es la prevención de la obesidad focalizándose en cuatro comportamientos clave relacionados con el equilibrio energético como el consumo de agua, consumo de snacks, sedentarismo y consumo de frutas y verduras, en niños e involucrando a las familias. La muestra fue de un total de 7.056 niños de entre 3.5 y 5.5 años, de seis países europeos (Alemania, Bélgica, Bulgaria, España, Grecia y Polonia), reclutados de mayo a junio de 2012 a través de las escuelas infantiles. En esta muestra de niños europeos en edad preescolar, los comportamientos sedentarios se asociaron con el consumo de alimentos ricos en energía y refrescos. Nuestros resultados respaldan la evidencia de limitar la exposición de los niños a actividades basadas en pantallas ya que se ha observado una asociación positiva con el consumo de alimentos de elevada densidad energética. Se dividió la muestra según diferentes grupos de comportamientos, teniendo en cuenta los hábitos de los niños. El grupo más saludable caracterizado por el alto consumo de agua, frutas y verduras y práctica de actividad física fue más frecuente entre los niños con al menos un padre con educación media o superior. Se identificó que los niños con niveles más bajos de educación materna, paterna y ambas tenían menor probabilidad de ser asignados al grupo de "estilo de vida saludable" y mayor probabilidad de ser asignados al grupo de "estilo de vida poco saludable". Por lo tanto, el nivel educativo de los padres es uno de los factores clave que deben considerarse al desarrollar intervenciones de prevención de la obesidad infantil. Se observó que el 50,4% de la muestra no cumplió con las recomendaciones diarias de actividad física ni de tiempo de pantalla, ni al inicio ni al final del estudio. Los niños en edad preescolar que cumplieron con ambas recomendaciones consumieron menos bebidas gaseosas, zumos azucarados, dulces, postres y snacks, y consumieron más agua, frutas y verduras, productos lácteos, pasta y arroz que los que no cumplieron las recomendaciones. También se observó que aquellos niños cuyos padres tenían reglas que limitaran su tiempo sedentario tenían menos probabilidades de pasar una gran cantidad de tiempo de pantalla, mientras que los niños con padres permisivos se asociaban con altos niveles de visualización de pantalla. Mejorar las prácticas de crianza de los hijos puede ser un enfoque prometedor para disminuir el tiempo de pantalla de los niños pequeños. En resumen, dado que el comportamiento sedentario juega un papel clave en la salud de los niños, los datos obtenidos de la presente Tesis Doctoral ponen de manifiesto la importancia de establecer intervenciones de salud pública desarrollando estrategias de prevención que se focalicen en los estilos de vida de los niños y de las familias.